Etapa 6. Vegas de Valcarcel- Sarria

Esta noche he estado de lujo. Una habitación para mí solito. La verdad es que he dormido bien. Nadie que me moleste, ningún ruido, nada de nada. Es una casa particular que el dueño la ha convertido en albergue. Abajo está el albergue propiamente dicho, y arriba las habitaciones individuales.Tenía hasta su tele y su cocina.

Esta mañana me levanté a las 8. Había que aprovechar el descanso para estar preparado para la dura etapa de hoy. Preparé todo mi ajuar y a las 9 ya estaba pedaleando. Antes desayuné en un bar cercano, para no tener ninguna excusa en la subida. Nada más comenzar se pone a llover. No era lluvia, sino una niebla que a ratos se convertía en gotas de agua. Esto me iba a poner más difícil la subida, pero también le daba más mérito. El total desde que salí hasta el puerto de O.cebreiro son 13 km. de subida continuados, sin ningún trozo llano. Todo pá arriba. La parte más dura son los 2,5 últimos kms. que se hacen más pendientes.aún si cabe.

Me he parado varias veces (muchas), sobre todo porque el limpia parabrisas de las gafas no me funcionaba, así que tenía que pararme de vez en cuando para limpiarlas manualmente. Lo he pasado mal, no tanto por la cuesta, sino más que nada por lo incomodo de la humedad, con el chubasquero puesto, unas bolsas de plástico que tuve que improvisar para que no se me calaran los zapatos, etc.Me he encontrado mucha gente, más que otros días, sobre todo a pié. Una chica que venía desde Francia ha ido todo el tiempo delante de mí (que campeona).También me he encontrado a un señor que ya iba empujando porque no podía más. Le he dado ánimos y he tirado.

La sensacíón que tienes cuando llegas arriba no se puede describir. Es como una señal de haber conseguido una cosa muy importante, mezclado con una emoción que no sabes como explicarla. Ha sido muy bonito, a pesar de lo deslucido que estaba el día. Me he parado un poco para disfrutar de esos minutos.

Una vez pasada la emoción, hay que continuar, que esto no ha hecho nada más que empezar. He seguido el camino, sin parar de llover, a trozos por la carretera y a trozos por el camino de tierra, Con la lluvia, es camino está muy mal para las bicis. Barro y charcos que me han puesto hasta la coronilla, pero esto entra dentro del guión y hay que seguir. El próximo puerto del Poio es más alto, 1330 mt. pero es más fácil llegar porque ya en el anterior estábamos a 1300. Continua la niebla gorda como yo la llamo. Entro de nuevo al camino de tierra, y en unas casas que había me confundo y tiro por un carril embarrado más aún, cuesta abajo y con piedras . Cuando llevo un trozo, decido volver, ahora empujando la bici cuesta arriba ( y menos mal porque si no hubiera sido peor). Retomo el camino correcto de nuevo y me juro no salir de la carretera hoy más.

Una bajada buena de 8 kms., en la que el frío se acusa más por estar mojado. Decido parar a almorzar a las 2 en Triacastela, y allí me reencuentro de casualidad con el chico de Barcelona con el que compartí camino ayer. Almorzamos juntos un caldo gallego calentito y huevos con patatas para reponer fuerzas. Emprendimos la ruta, que ya se convierte en un paseo, nos paramos en Samos para ver su monasterio, y de allí a Sarria donde nos alojamos en el Albergue Don Alvaro. Hoy la rutina se ha incrementado con la limpieza de barro de la bici y de las alforjas, y es que hay que hechar una peonada todos los días al terminar la etapa. Estoy muy contento de haber superado la prueba de hoy. Ya queda menos y eso te hace sentirte por un lado alegre porque estas cumpliendo un sueño y triste porque esto se acaba.

El pensamiento del día es que las dificultades que te pone la vida diariamente, hay que superarlas por uno mismo, ya que nadie lo hará por tí.

Dedico la etapa de hoy a mi hermano Agustín, por las veces que me ayuda en nuestro negocio.

Kms. realizados: 60,6 km.
Tiempo pedaleando: 4 horas 32 minutos.

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