Vuelta a casa |
Duro, porque el camino en sí, es duro. Realizarlo en más de la mitad por caminos, como yo he hecho, te lo pone más difícil todavía, con un constante subir de cuestas, con piedras, raíces y barro si llueve. Bajadas de vértigo donde el freno de la bici se calienta hasta el límite. Subidas como el alto de Manostelares con una pendiente de 12 % y luego la bajada al 18 %. La temida subida a O´cebreiro, de más de 6 km. de ascenso constante y lloviendo. La subida al alto de Foncebadón, de 1500 mt. de altura con un frío que no sentías los dedos de las manos, y la bajada de 15 km. seguidos con el mismo frió. El camino es duro, pero los momentos difíciles se olvidan enseguida, porque te dejan mas huella los buenos momentos. Aconsejo al que lo quiera hacer que se prepare mínimamente, para no llevarse sorpresas y tener que abandonar antes de lo deseado.
Inolvidable, porque esta aventura te dejará una huella que no se olvidará nunca. Como he dicho antes los buenos momentos hacen que lo demás se quede en simple anécdota. La camaradería que hay entre los peregrinos, personas que no se conocen de nada e incluso de distintas culturas, hace que te vuelvas más buena persona. Que todo te parezca más fácil, y ves que las cosas no tienen tanta importancia como nosotros les damos. Alguien que te ofrece lo que tiene sin pedirte nada a cambio. Te das cuenta que para vivir no hace falta tanto, y que el consumismo a que estamos acostumbrados, no es necesario. En mi caso el camino me ha ayudado a darme cuenta de que puedo realizar todo lo que esté a mi alcance, si me lo propongo. Es como si me diera cuenta de que mi autoestima la tenía muy baja y que en realidad, soy capaz de hacer muchas cosas. El camino (sobre todo si vas solo) te enseña a entablar amistad con los demás y relacionarte con personas de todo tipo. Los escuchas y ellos te escuchan. El camino te enseña que tienes que ayudar para que cuando lo necesites , te ayuden.
Abrazo al apóstol Santiago |
En resumen , aconsejo que todo el que pueda y quiera, haga el camino. Sin prisa. Disfrutando de los momentos y de los lugares. Disfrutando de las personas y de sus historias. Sufriendo un poco para valorar lo bien que vivimos en el mundo real a pesar de estar siempre quejándonos. Será un vivencia que no podrás explicar, pero que la tendrás en tus entrañas para siempre.
La culminación del camino se resume en los 10 minutos que pasan desde que llegas a la plaza del Obradoiro, dando por finalizado tu camino. Sientes un montón de sensaciones que no puedes describir, pero que las sientes. Primero sientes que has realizado una proeza, aunque a los demás no le parezca una cosa tan grande. Sientes alegría y euforia. También sientes tristeza porque se acaba todo. Te acuerdas de tus seres queridos,de los que te han ayudado y te han apoyado. Le das gracias a Dios porque te ha protegido. Sientes un montón de cosas y, te quedas durante esos minutos como tonto, como anestesiado. Una sensación muy bonita. Luego vuelves a la realidad, pero ya lo tienes en tus neuronas y será para ti para siempre.
Misa de peregrinos |
Para finalizar quiero agradecer de nuevo a los que me han apoyado. Mi mujer y mis hijos. Mi familia y todos los amigos que me han seguido en el blog. Nadie se imagina lo que significa levantarte por la mañana y ver los comentarios de apoyo de tus queridos en el blog o las llamadas por teléfono. Estas a 1000 km. de distancia, solo, y esto te sube la moral a tope.Un saludo también a mis compañeros de camino, Alberto de Barcelona y Manolo de Madrid. Gracias a todos.
Algún día me gustaría volver a repetir la experiencia. Seguro que lo lograré.